lunes, 12 de diciembre de 2011

Doña Luz Mi HABUELITA♥! CASI SUS 98 AÑOS DE EDAD♥!

http://relatosnayarit.blogdiario.com/


Doña Luz: mujer centenaria con lucidez maravillosa

* El día que Luz Vizcaíno y Felipe Macías se casaron, José León Toral mató a Álvaro Obregón.

* Ahora, de 98 años, doña Luz tiene 22 tataranietos; goza de una memoria impresionante y una magistral narración de sucesos.


Por ÓSCAR VERDÍN CAMACHO/relatosnayarit

Lunes 9 de agosto, 2010



Un sábado de julio de 1928 hubo boda por lo civil en la hacienda de El Limón, municipio de Santa María del Oro. El domingo se realizó la boda religiosa y el lunes continuó la fiesta.

El novio era Felipe Castillón Macías, de 31 años de edad, y la novia, Luz Vizcaíno Villarreal, de 15 años.

“Fue cuando mataron a Álvaro Obregón, se quería reelegir en la Presidencia de México. Lo mató José León Toral, era dibujante y se metió a una fiesta que se ofrecía a Obregón. Los guardias se descuidaron”.

La cita me impresiona y me lleva a buscar la fecha en que murió Álvaro Obregón: 17 de julio de 1928, efectivamente a manos de León Toral.

El dato no lo proporciona un historiador reconocido pero como si lo fuera: se trata de la misma Luz Vizcaíno Villarreal, una mujer de lucidez impresionante que el próximo cinco de septiembre cumplirá 98 años.

“No me duele nada y tengo una memoria pero buena, me acuerdo de cosas desde que tenía tres años”, señala a este reportero.

Platiqué con ella el sábado siete, en su casa de Atonalisco, a unos 20 kilómetros de Tepic.

Escuchándola, el tiempo vuela.


BODA EN GUERRA CRISTERA


Doña Luz nació un lunes en Cofradía de Acuitapilco, municipio de Santa María del Oro, en 1912. “Eran los años de la ‘villada’, de la Revolución. Había mucha crueldad y mucha pobreza. Nos salimos de Cofradía y vivimos un tiempo en La Haciendita, entre Cerro Blanco y Mojarras. Regresamos cuando se había calmado un poco”.

Sus papás eran Rogelio Vizcaíno Carreón y Guadalupe Villarreal Ojeda. Es la mayor de seis hermanos de una familia longeva: su hermana Emilia, a quien le lleva dos años, murió en abril pasado; su hermana Antonia tiene 90 años y hace unos meses fue a Atonalismo a visitarla. Platicaron, se abrazaron. “Vieras que bonita mujer es mi hermana”.

Doña Luz conoció a Felipe Castillón porque el papá de éste, Isabel Castillón Ron, era administrador en la hacienda de El Limón.

“Luego luego trató de pedirme. Yo tenía 15 años y él me ganaba con 16. Don Isabel y otros caporales hablaron con mi papá, que se enojó mucho, pero yo sí quería casarme”.

Recuerda que a unos días de la boda religiosa no encontraban sacerdote, puesto que eran épocas de la Guerra Cristera y muchos se habían ido a pelear y otros huían por miedo a que los mataran.

Su papá, sin embargo, era amigo del sacerdote Justo López de Jesús y pudo encontrarlo.

“Recuerdo que el padre llegó a caballo y con sombrero, traía calzón de manta. Ese día que me casé también fue bautizado mi hermano José, ya tenía tres años pero no lo habían bautizado porque no había padre. Yo fui su madrina”.

Doña Luz arribó a Atonalisco el siete de enero de 1930. Y es que su suegro había sido cambiado a trabajar a la hacienda de La Fortuna.

“Cuando llegamos había siete casas nada más. Aquí se casó Jesús Castillón, un cuñado mío. En 1932 Atonalisco se hizo ejido”.


BACA CALDERÓN


La abuela materna de doña Luz Vizcaíno fue Luz Ojeda Gómez, a quien le decía “Madrecita Luz” y murió cuando ella tenía siete años.

“Madrecita Luz” platicaba que estaba mudando cuando el volcán El Ceboruco hizo erupción.

Luz Ojeda era hermana de Vita Ojeda Gómez, mamá de Esteban Baca Calderón, gobernador de Nayarit en 1929 y quien, a principios de la década pasada, fue uno de los líderes de la histórica huelga de mineros en Cananea.

“Baca Calderón nació en Real de Acuitapilco y una de sus maestras se llamaba Amarita Godoy”, precisa doña Luz.


GUSTO POR LEER


Agrega que a lo largo de su vida ha leído mucho, aunque en los últimos años ya no pudo, porque la vista le empezó a fallar. Le gusta oír las noticias por televisión. Ese gusto por la lectura la ha heredado en la familia.

“Me gustaba leer mucho, aunque apenas llegué a tercer año de primaria. Mis maestras fueron Erlinda Pérez y Nacha Rivera, ella me enseñó a leer. Me acuerdo que empecé a ir a la escuela un Miércoles de Ceniza y para junio ya tenía mi boleta. Si hubiera seguido estudiando, me hubiera gustado ser maestra”.

Tuvo 12 hijos: Trinidad (mujer), Cenaida, Tomasa, Rosario, Isabel, Enedina, Jesús, Francisco, Luz, Ramón, Guadalupe (mujer) y Emma.

Tomasa, Isabel y Jesús murieron cuando eran niños; a Isabel le picó un alacrán en Atonalisco.

Trinidad y Cenaida murieron hace unos años.

Los nietos son muchos y los bisnietos no se digan. Hay descendientes que viven en otros estados. Además, doña Luz tiene ¡22 tataranietos!, nueve de los cuales viven en Atonalisco. “¡Vieras que bonitos niños. ¡Están hermosos!”.

Emma tenía ocho meses cuando su papá murió.

“Quedé viuda a los 37 años y llena de hijos. Dios me ayudó a salir adelante. Trabajé mucho, una barbaridad. En ese tiempo aquí todavía no se sembraban las huertas de mango. En el año 53 sembré caña y en la primera liquidación me pagaron 700 pesos. Era mucho dinero y compré una vaca. Yo me iba a trabajar a la parcela. Había mucho respeto para la mujer, nunca nadie me dijo una grosería, pero ahora una mujer ya no puede salir sola”.

Doña Luz recibe una pensión como cañera.

Dice que come poco pero le siguen gustando los chilaquiles, las quesadillas, el caldo de pollo, le leche de vaca pero sin nata.

Tiene mucho que no va al médico. Ni quiere. Se cuida de que no le peguen golpes de aire.

Añade que en Atonalisco no hay otra persona con más años que ella, pero tiene una amiga de su camada:

“Aquí yo soy la mayor, pero mi amiga Antonia Cedano vive en El Aguacate –entre Puga y Atonalisco- y ya cumplió 98 años. Ella es del 20 de julio de 1912. Me gana con unas semanas”.


TRES ROSARIOS


Desde niña aprendió a rezar, enseñaba el Catecismo y ahora “rezo todo el santo día. De tarea rezo tres rosarios todos los días, doy gracias a Dios y rezo por el descanso de los difuntos. Cada domingo me traen la comunión”.

Su casa está a unos 70 metros a un costado de la casa de Atonalisco.

Doña Luz ya no quiere salir mucho de su casa y no es porque se sienta mal o triste. Simplemente, dice, moverla genera muchos cuidados, sobre todo desde que tuvo una caída hace años. Ahora se le ve en ratos en una silla de ruedas y en ocasiones se pone de pie para descansar. Emma es su compañera de siempre.

En su casa la visitan sus hijos, nietos, bisnietos, tataranietos
(Y FALTA AMS DE SU BIOGRAFIA REVISEN AKI http://relatosnayarit.blogdiario.com/ )Lunes, 09 de agosto de 2010 a las 22:10

No hay comentarios:

Publicar un comentario